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miércoles, 3 de diciembre de 2014

Propuesta de marco ético para el ejercicio profesional en la industria de alimentos en Colombia

¿Cómo garantizar la adecuada actuación de un individuo que ejerce una profesión que es crítica para la sociedad?

Son muchos los intentos que se han generado para poder regular la actuación profesional en la industria de alimentos, buscando limitar los riesgos de diversa índole relacionados con la salud pública, la bioseguridad, la seguridad alimentaria y la estabilidad de los sistemas de procesamiento.


Luego de un año de trabajo ponemos a disposición de los profesionales, empresarios, academia y sociedad civil nuestra propuesta de marco ético para el ejercicio profesional en la industria de alimentos. Este material busca entregar directrices, mejores prácticas y una visión sobre la ética, la bioética, así como el compromiso que se debe mantener en los ámbitos de la sostenibilidad y la calidad.

miércoles, 27 de febrero de 2013

Crisis cafetera en Colombia, efecto de años de política económica errada.

Los cambios en la política económica en Colombia en favorecimiento del fomento de la explotación intensiva de los recursos no renovables (minería, energía),  genera la respuesta contundente de los trabajadores del campo, siendo una muestra del camino errado que se ha tomado desde hace buen tiempo en materia de política social  para el desarrollo económico de un país,  que desde su progenie ha sido agrícola y que abusa sin ningún tipo de compasión a miles de personas que subsisten de su tierra. La crisis cafetera es una muestra de los efectos adversos generados por la apertura económica sin ningún tipo de plan de contingencia y de protección de la economía nacional.  Lo más grave es que no es solo la industria del café; productores de leche, hortalizas, algodoneros y oleaginosas se suman a las víctimas de los tecnócratas del estado, los cuales han beneficiado a los magnates permitiéndoles concentrar poder y recursos . Se hace urgente la necesidad de una reforma agraria pero sin vetos por parte del estado, y que proteja las actividades que más empleo genera en el país.



¿Por qué la crisis del café?


Para poder entender el por qué de la marcha valiente de miles de campesinos y productores de café en Colombia, es importante conocer la historia de esta industria, la cual ha estado llena tanto de intereses políticos como latifundistas, y que ha pasado por dos crisis generadas por la pérdida de autonomía para establecer tanto los precios como el respectivo control de importaciones y exportaciones. Dos crisis que fueron mediadas por la apertura económica y el juego maquiavélico de la inserción de la  producción agroindustrial y pecuaria en las bolsas de valores como mecanismos de protección de las burbujas económicas, capitales golondrina y especulación financiera de transnacionales y multinacionales.


El modelo proteccionista de los capitales ha hecho que en nuestras mesas ya no disfrutemos del café de Colombia, sino de países tan exóticos como Vietnam o Etiopía, esto ha desestimulado la producción en el país y empobrecido a todos los pequeños productores, los cuales ya no son campesinos sino jornaleros.


Para profundizar este tema, le invitamos a revisar la siguiente entrevista realizada a uno de los analistas económicos más importantes de Colombia, el Dr. Aurelio Suárez Montoya:






 

Las posibles soluciones ante la crisis agropecuaria y cafetera que vive el país


Hace tres años en un´consejo en donde se suelen reunir los cacaos de Colombia y que se desarrolló en el departamento de Antioquia, expuse todos los peligros a los cuales se sumaría la producción agroindustrial y pecuaria en Colombia si se seguía estimulando la llegada de capital extranjero sin ningún control.  Muchos me recibieron con risas burlonas, otros me tildaron de loco.


Hoy vemos como la enfermedad holandesa está acabando con el poco patrimonio que tenía el país, sus recursos en agua, suelo y biodiversidad. Hoy, ciudades como Cúcuta están en emergencia social por cuenta de un comercio bilateral desigual en donde es más barato comprar en Venezuela que comprar en Colombia. Igual situación viven los productores de leche en Antioquia al entrar de manera indiscriminada leche en polvo y lactosueros arrasando con la estabilidad de cientos de predios dedicados a la producción y que generan empleo; hace poco también se sintió el reclamo de FENAVI por la entrada de huevos y piezas de pollo sin ningún control sanitario con precios irrisorios. En resumen, el estado juega sucio y doble con la industria del país, esto no se puede permitir en especial cuando se habla de las famosas locomotoras del progreso pero que mejor parecen carritos de rodillos.


Repitiendo lo que dije en este encuentro propuse las siguientes alternativas:





  1. Descentralización de los recursos para apoyar a los productores campesinos: si países como Vietnam o Brasil le metieron la ficha al agro para generar empleo en volumen e incrementar exportaciones en volumen y no por nicho, Colombia está en mora de hacerlo, o perderá canales para comercializar conformándose con ser la hija boba del paseo  y viviendo de las importaciones masivas (como sucede hoy con el TLC firmado con Estados Unidos y que actualmente está beneficiando a los importadores).


  2. Acabar con la Federación Nacional de Cafeteros: el mayor cáncer de los colectivos son las instituciones burocráticas; para nadie es un secreto que la federación no es de los campesinos sino de los clientelistas y magnates amangualados con ministros y presidente a bordo, los cuales sirven mucho para apretar el bolsillo de los productores pero que los resultados son demasiado pobres. Como propuesta se piensa en distritos cafeteros especiales en donde los recursos si entren directamente al campesino y productor tanto en recursos financieros como de asistencia técnica más especializada, buscando mejorar la productividad y una adecuada comercialización de bienes y servicios que se demandan por volumen no por nichos.


  3. Mejorar infraestructura: no es posible tener producción competitiva cuando no hay carreteras, sistemas logísticos de distribución adecuados y transferencia tecnológica eficaz para el agro.


  4. Educación pertinente para el campo: si permitimos que nuestros campesinos sigan llegando en hordas a las ciudades, fenómenos como las bandas emergentes, la informalidad, el desempleo y la inseguridad serán situaciones inmanejables en las zonas urbanas. Se requiere que las universidades tengan un verdadero compromiso social con nuestros campesinos, con programas pertinentes y que fomenten la investigación aplicada para una mejor producción y desarrollo de bienes y servicios de mayor valor agregado.


  5. Congelar precios de insumos destinados al agro: gran parte de los costos de producción tanto pecuaria como agrícola corresponden a insumos agropecuarios, semillas y fertilizantes, los cuales son en su mayoría importados. Se podría pensar en una estrategia de sustitución de importaciones para crear industria nacional en bioinsumos de alto valor para el desarrollo de más y mejores cultivos; en este aspecto existen los recursos (fondo emprender, Innpulsa, recursos de cooperación, capital golondrina especulativo), los cuales deberían responder a las necesidades de nación y no de particulares.


  6. No a la política minero energética: es la gran causante de que haya más pobres en el país y que la industria esté prácticamente paralizada,  con el agravante de que se está regalando nuestra soberanía al mejor postor.


Apoyo rotundamente a todos los valientes campesinos que han salido a protestar por los abusos de un estado aberrante, clientelista, cobarde y miserable, que vive de cortinas de humo como casas gratis, los subsidios de vagos en acción y procesos de paz estériles para justificar con cinismo que son lo mejor que le pudo pasar a nuestra nación.  Ministros de hacienda y agricultura, al igual que los “honorables congresistas”, ustedes son son una vergüenza al manipular y usar a su antojo la ley; deberían renunciar.

jueves, 31 de mayo de 2012

Retos del mercado laboral frente al Tratado de Libre Comercio (TLC)

Hace dos meses tuve la oportunidad de participar en esta webinar, sobre los retos del talento humano frente al Tratado de Libre Comercio suscrito entre Colombia y Estados Unidos.

Se espera que ingrese en el primer año en vigencia cerca de US$15.000 millones en inversión especialmente en empresas establecidas o fortalecimiento a proyectos relacionados con la infraestructura. Aspectos como los modelos de contratación, el desarrollo de las competencias laborales y las necesidades en logística, son los retos que tiene el país si se quieren aprovechar las oportunidades.

Les comparto entonces las memorias de la webinar,  espero sea de gran ayuda para el fortalecimiento de la estrategia de las micros y pequeñas empresas,especialmente en el ámbito de contratación y fortalecimiento del talento humano.

sábado, 13 de agosto de 2011

Inocuidad alimentaria

¿La industria de alimentos en Colombia está preparada ante los avances tecnológicos, científicos y especialmente los normativos?

El país se ha convertido en protagonista en los últimos años en materia de tratados comerciales internacionales, en donde la industria agroalimentaria ha jugado un papel crítico; no sólo por las implicaciones en materia de empleo y sostenibilidad empresarial,  la  entrada de nuevos jugadores en el escenario de proveeduría de alimentos; también ante  la pertinencia  de los sistemas de vigilancia y  control sanitaria para garantizar seguridad a los consumidores en el país.


Una de las implicaciones que poco se ha estudiado  ha sido el impacto en la salud pública, que tiene el desconocimiento de los estándares de inocuidad alimentaria y que de manera transversal afectan la competitividad y productividad de un sector maduro, constituido especialmente por mipymes y que genera empleo intensivo de bajo nivel de competencia en estos temas.


Cualquier persona puede montar una empresa de alimentos y no estoy en contra del derecho a la libre creación de empresa; pero si es delicado que cualquier persona monte una empresa manufacturera en esta actividad, sin ningún criterio técnico que garantice seguridad a los clientes. No existe en el país un programa de formalización con criterio formativo que permita adoptar los avances en Ciencia , Tecnología e Innovación para esta actividad; mucho menos tocan los aspectos de salud pública e inocuidad. En resumen, estamos creando pequeñas  bombas de tiempo que cada día crecen y se vuelven un riesgo para la bioseguridad en Colombia.


Si la industria de alimentos en el país no desempeña un papel de liderazgo en la economía regional con criterios técnicos y científicos sobre las ciencias alimentarias y la inocuidad, puede quedar rezagada ante las políticas de inversión estatal y los escenarios de comercio internacional; así tenga muchos recursos biológicos los cuales han sido desperdiciados.



Inocuidad no es lo mismo que calidad alimentaria.


La inocuidad alimentaria hace referencia a todos los riesgos sean crónicos o agudos, que pueden hacer que un alimento sea nocivo para a salud humana. Mientras que la calidad alimentaria hace referencia a los atributos por los que un producto gana o pierde valor en el cliente, por ejemplo el sabor, el color, la textura y su tiempo de vida útil.


Es muy común que el empresariado trabaje sobre el segundo aspecto y comunique por desconocimiento que sus alimentos son inocuos sin pruebas científicas, incurriendo así en un error que puede ser costoso a la hora de una intoxicación alimentaria, la incineración de sus productos si es exportador ó el desprestigio  por parte de los mismos clientes, ya que están consumiendo alimentos que no son aptos para su consumo; también se suma a estos hechos las diversas  implicaciones penales que esto conlleva, no sólo al dueño del negocio sino a los profesionales encargados de los procesos de fabricación.



¿Por qué tenemos que hablar de inocuidad alimentaria en Colombia?


Se debe entender el proceso de adopción de los estándares de inocuidad alimentaria desde diversos tópicos:

* Inocuidad alimentaria vs. la economía global: Colombia busca ser global en materia agroalimentaria; para eso requiere no sólo la adopción de tratados comerciales; también requiere armonizar su normatividad sanitaria a los principios científicos del siema HACCP, el cual es reconocido internacionalmente como el mejor programa que garantiza la disminución de peligros y riesgos en toda la cadena de producción de alimentos desde la granja a la mesa.  En el caso de la ciudad de Medellín, estos procesos no son ajenos; dos cluster (turismo de negocios y salud) requieren del negocio alimentario como actividad transversal para el flujo de negocios.


* Inocuidad alimentaria vs bioseguridad: Luego del atentado a las Torres Gemelas y los demás escenarios de terrorismo internacional, todos los países han adoptado protocolos más rigurosos con la aceptación de alimentos importados. Esto se ha reflejado con la entrada en vigencia de normas rigurosas en materia de sustancias contaminantes, estándares microbiológicos y trámites aduaneros de importación y exportación de alimentos. Estos productos pueden ser en este nuevo escenario de guerra transnacional, armas de destrucción masiva al contener microoganismos patógenos así como sustancias químicas altamente tóxicas para una población. Empresa que no cumpla con estos estándares tendrá un panaorama estrecho en su crecimiento en el mercado.


* Inocuidad alimentaria vs salud pública: Si la industria no cambia su estrategia de alimentos para sólo nutrir, hacia la tendencia de alimentos que prevengan patologías en salud, será poco probable que subsista en el largo plazo. El entorno de la información sobre las enfermedades transmitidas por alimentos es cada vez mayor gracias a internet y en donde los escenarios de intoxicación alimentaria son difundidos gracias a la  web 2.0; gracias a estos fenómenos  las empresas, asi como las entidades de vigilancia y control sanitarias están quedando mal paradas ante los ojos de los ciudadanos; no han podido adaptarse con celeridad a estos cambios, cons esta actitud resienten su credibilidad y sus ingresos.


Como ejemplo ilustramos el surgimiento de colectivos sociales que buscan soluciones ante alergias e intolerancias alimentarias y han hecho cambiar el paradigma de la industria de alimentos, tanto a nivel científico, normativo y de mercado.


La industria de alimentos de hoy no es de consumo masivo,es una actividad de nicho centrado en el estátus y el bienestar. Si las empresas no cambian, entonces serán reemplazadas por otras que sí entiendan qué es el amor por los consumidores.